Día 18- Letanías a Nuestra Señora de la Esperanza.¡Hola, sean todos bienvenidos a este tiempo de gracia!Comenzamos con un momento de oración: haz la señal de la cruz invocando a la santísima Trinidad: En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Meditación del día en texto:Introducción al orante: Dios Padre misericordioso, que has dado a María como Madre de la Esperanza para nuestro tiempo, escucha las súplicas de tus hijos y concédenos, por su intercesión, vivir con confianza en medio de las pruebas del mundo. Por Cristo Nuestro Señor. Amén
Santa María, Madre de la Esperanza, ruega por nosotros.
Madre del silencio en medio del ruido, ruega por nosotros. Madre del camino de los que dudan, ruega por nosotros. Luz en la oscuridad de quienes no ven salida, ruega por nosotros.
Madre de los que no tienen trabajo, ruega por nosotros. Consuelo de los pobres y descartados, ruega por nosotros. Madre de los migrantes y refugiados, ruega por nosotros. Madre de los que sufren violencia y guerra, ruega por nosotros.
Madre de los enfermos y ancianos solos, ruega por nosotros. Madre de los jóvenes sin horizonte, ruega por nosotros. Madre de las familias que luchan por llegar a fin de mes, ruega por nosotros. Madre de quienes cuidan la casa común, ruega por nosotros.
Señora de la ternura que no se cansa, ruega por nosotros. Señora que sostienes en la prueba, ruega por nosotros. Señora que enciendes la esperanza cuando todo parece perdido, ruega por nosotros.
Madre de la Iglesia y de los que sirven a los demás, ruega por nosotros. Madre de los que trabajan por la justicia y la paz, ruega por nosotros. Madre de todos los hombres y mujeres de buena voluntad, ruega por nosotros. Reza esta oración: ¡Oh, María!, Tú resplandeces siempre en nuestro camino como signo de salvación y esperanza. Nosotros nos encomendamos a Ti, salud de los enfermos, que ante la Cruz fuiste asociada al dolor de Jesús manteniendo firme tu fe. Tú, Salvación del Pueblo Romano, sabes lo que necesitamos y estamos seguros de que proveerás para que, como en Caná de Galilea, pueda regresar la alegría y la fiesta después de este momento de prueba. Ayúdanos, Madre del Divino Amor, a conformarnos a la voluntad del Padre y a hacer lo que nos dirá Jesús, que ha tomado sobre sí nuestros sufrimientos. Y ha tomado sobre sí nuestros dolores para llevarnos, a través de la Cruz, al gozo de la Resurrección. Amén.
Terminamos con la oración de la comunidad:
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